Siempre se enfrentan dos jugadores entre sí y tiran, por orden, 2 dados de seis caras. Cada jugador posee 15 fichas, bien negras o bien blancas. Mediante la puntuación sacada, cada jugador intentará llevar sus propias fichas al tablero propio. No podrás mover las fichas a un campo donde ya haya más de una ficha del rival. Si colocas tu ficha en un campo donde haya sólo una ficha del rival, podrás matarlo e irá a parar en la barra (casilla en el centro). El adversario tiene que volver a ponerla en juego antes de poder mover sus otras fichas.
Si has reunido todas tus fichas en tu tablero propio (triángulos del 1 al 6), podrás sacarlas del campo de juego, es decir, moverlas al campo 0 y así dejarlas fuera del juego. Ganará la partida el jugador que saque sus fichas del campo.
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Es un juego muy bueno y puede llegar a ser adictivo.